miércoles, 17 de noviembre de 2021

Brañacaballo (6 noviembre 2021)

De nuevo en Brañacaballo (por Celes).

Brañacaballo o Cueto Millaró (2182 m), con mucha nieve

Y nos paramos a pensar en aquel Brañacaballo de 2017, viendo las fotos recordamos compañeros de ruta que ahora, por circunstancias de la vida, viven lejos o por compromisos laborales no pueden acompañarnos. Los que llevan años en el grupo sabrán que lo habitual es que la gente repita, que se quede o que haga enormes esfuerzos por venir de visita. En la ruta anterior contamos con la grata presencia de Gianluca y Caterina, que estamos seguros de que volverán. Gianluca había estado en el grupo allá por el 2014 y aunque su paso por el grupo fue muy efímero está claro que conserva y siempre conservará grandes amistades aquí, que majos son estos neños, cuanto nos acordamos de ellos y lo mejor de todo, vuelven y nosotros encantados ¿Por qué será?
Algo se hace bien en este grupo. 

Peña Ubiña asomando...

Hoy tocaba intentar subir a Brañacaballo o Cueto Miralló. Un montañón de la montaña central. Para ello nos dirigimos al Puerto Pajares tras desayunar en otro de nuestros lugares habituales y clásico para el cafetín mañanero: Campomanes. Pueblo al que precisamente tengo especial cariño pues casi siempre que desayuno allí me espera un gran día por la montaña y habitualmente por las Ubiñas, esta vez no tocaba subir la Cubilla, ni ir a ver a Tania la guardesa del refugio del Meicín, esta vez el afortunado con nuestra presencia era el puerto Pajares.

Las persistentes nevadas de las noches anteriores nos advierten que vamos a tener un día de nieve inolvidable. Aunque nos hacen dudar de la posibilidad de alcanzar nuestro objetivo. Las Ubiñas en la lejanía impresionan vestidas de blanco y nos sorprende cómo engaña la perspectiva mostrándonos la Tesa y la Mesa muy distintas desde nuestra posición que esta vez estamos al este. 

El autobús nos dejará en tierras leonesas, cerca de Camplongo de Arbás, unos kilómetros más allá de Busdongo. Después de unos metros caminando por la carretera llegamos a Camplongo. Atravesamos prácticamente el pueblo y lo abandonamos tomando una pista a la derecha. En suave ascenso continuaremos por la pista hasta llegar a la Collada de Antón donde vemos como los mastines y los ganaderos cuidan de los animales a pesar de la nieve. Ellos sí que no entienden de festivos ni de descansos. Ya llegamos nosotros a perturbar la paz. 

Posteriormente, dejando a la izquierda el Pico Camplongo continuaremos hacia la collada Tapeal a 1.600m saliéndonos de la pista y, como no podía ser de otra manera, dado el volumen de nieve y la cantidad de escobas que hay en la zona, avanzamos muy despacio sumergiéndonos en la nieve. 


Mamá pato abriendo huella y sus patitos caminando precisamente con menos dignidad que dichas aves. El tiempo nos acompañaba, era un día de sol espléndido y la nieve estaba blanda, pero caminar se hacía cada vez más complicado así que decidimos comer allí y volver sobre nuestros pasos a la pista para seguir dirección Miralló de la Tercia donde nos esperaba el autobús. 

Continuamos por la pista en ascenso y a nuestra izquierda contemplamos de cerca la cumbre de Brañacaballo. Pasamos al lado de una fuente helada. Una estampa gélida y preciosa que muchos decidieron inmortalizar y que, pese a que ella nos impidiera alcanzar nuestro objetivo, nos recuerda lo bonita que es la nieve, el frío, el otoño y lo afortunados que somos de poder ver estos paisajes y tenerlos a menos de dos horas en coche. Tras la fuente empezaremos el descenso en dirección sur hasta llegar a la collada del Carrozal y posteriormente a la aldea de Millaró, situada a 1.400m de altitud. Esta vez las dimensiones del autobús no le permiten llegar a la aldea de Miralló así que nos acercaremos a las cercanías del cruce con la N-630

 

La ruta se acabó y no hicimos cumbre, pero estamos felices de haber inaugurado la temporada de nieve, de guerras de bolas de nieve y de haber podido disfrutar de esas espléndidas vistas del Macizo de las Ubiñas que a ratos se escondía tímidamente tras una masa de nubes que parecían algodón perfectamente colocado. 

Esto es todo amigos, pero continuará...
Esta vez en la vía Romana de la Carisa.


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