Abierta en la década de los años 40, la ruta servía para mantener un canal de agua usado en la generación de energía hidroeléctrica. Actualmente nos permite disfrutar de unas magníficas vistas de los Picos y del desfiladero.
Salimos con el autobús en dirección a Arenas de Cabrales (parando a desayunar en Cangues), donde nos desviamos hacia Poncebos, origen de la ruta. Aunque las previsiones son malas, algunos optimistas pensamos que el tiempo nos va a respetar...
aunque lo cierto es que durante las 6 horas que estamos caminando, no para de caer agua. Pero aquí hay paisanas y paisanos, y aunque empapados, observamos panorámicas espectaculares del desfiladero (incluyendo varios puentes colgados sobre el vacío).
Por desgracia, las nubes nos impiden divisar los Picos, y a causa del chaparrón damos la vuelta antes de llegar a Caín (pero llegamos a pisar suelo leonés).
Llegados de vuelta a Poncebos, nos ponemos la ropa seca en el restaurante Garganta del Cares y tomamos caldo y orujo para entrar en calor. Estuvo muy bien el día, lástima del tiempo.
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