jueves, 31 de mayo de 2018

Ruta del Alba (26 mayo 2018)

La sequía del estío pasado se acabó al llegar la lluvia, la lluvia de mayo que como una visita inoportuna y necesaria, nos alegra cuando viene (y cuando se va).

¡Cuán hermosa tú, la desvelada!
Te lleva y te moldea dulce viento
encima de jardines y de estatuas.
Tu cuerpo es el de Venus en la orilla
eternamente mar dentro del alba.

                                                        Carmen Conde Abellán - Lluvia en mayo

Esta temporada de montaña la recordaremos por la precisa regularidad de las borrascas que entran en Asturias: todos los sábados en los que hay montaña tuvimos una sobre nuestras cabezas. Y para terminar el curso montañero 2017/2018 una última borrasca, que viene con previsión de tormentas eléctricas. Justo para hacer la subida más complicada que habíamos planificado -Los Fontanes-. No tenemos más alternativa que modificar la excursión para velar por la seguridad del Grupo, y ya van unas cuantas veces este año. Cambiamos a la sencilla pero espectacular Ruta del Alba. Los Fontanes (y el resto que no hicimos) tendrán que esperar a la temporada próxima.


El sábado 26 de mayo se presenta gris, lluvioso y melancólico. Tanto que mucha gente se queda en la cama y sólo somos unas 30 personas. Hacía mucho mucho tiempo que no éramos tan pocos en una excursión del Grupo de Montaña Uniovi. Hacemos recuento, partimos por la carretera que recorre el valle del Nalón y desayunamos en el Balcón de Redes. Sin dilación empezamos a caminar desde el bonito pueblo de Soto de Agues, ya que la previsión indica que la tarde será más lluviosa todavía.

Sin duda alguna, es una de las rutas más conocidas de Asturias, y razones no faltan para ello. Declarada Monumento Natural, esta pista, fundamentalmente ganadera, aunque también lo fue minera, se encuentra en el fondo de un valle y discurre en todo momento junto al río Alba o Llaímo.

El paisaje, la vegetación y la fauna abruman, pero sobre todos ellos el elemento fundamental es el agua. Agua en rápidos del río, remansos, pozas, arroyos que se cruzan, fuentes y abrevaderos, o en hilillos que salen de la roca creando travertinos.

Una de las múltiples cascadas que se pueden contemplar en la ruta

Y quizás el agua nos dé uno de los elementos del paisaje más bonitos y llamativos de la ruta, las cascadas, sobre todo dos que embellecen aún más esta ya de por sí espectacular senda. Sus límpidas aguas acogen al mirlo acuático y el martín pescador, y en las laderas de las montañas, que llegan al río, podemos observar con paciencia, detenimiento y prismáticos los ciervos que viven en ellas.

La ruta comienza en la localidad de Soto de Agues. Es un sendero hormigonado en la mayor parte del recorrido, salvo el último tramo, siempre ascendente y en dirección Sur. La entrada a la ruta está bien señalizada en el pueblo en postes informativos. Comenzaremos caminando por la margen de varias fincas.

Soto de Agues

Recorrido el primer kilómetro, entramos en el comienzo real de la ruta, donde encontraremos la piscifactoría a nuestra izquierda; ésta será nuestra primera toma de contacto con el río Alba. A los 800 metros, a nuestra izquierda aparece un puente con un indicador que reza: "No pararse, una persona cada 5 metros".

A partir del kilómetro 2, comienza el desfiladero del Alba, el valle empieza a estrecharse y el río avanza más cerca del camino. Pocos metros más adelante, en la peña que se alza a nuestra derecha, podemos ver una formación rocosa en forma de cuerno a la que los lugareños llaman "el Vigilante". De aquí en adelante podremos observar pequeños saltos de agua en el río, que irán creciendo a medida que avancemos en sentido opuesto a su cauce.


Llevaremos andados unos 3,4 kilómetros desde el inicio de la ruta y a nuestra izquierda hayamos una pintoresca casita, a la que se accede por un puente de madera, que proporciona más encanto si cabe al paisaje que se nos presenta. A la derecha, los restos del cargadero "El Campurru", una antigua construcción reconquistada por la naturaleza que era parte de la infraestructura de la mina del Carmen.

Dos kilómetros más adelante, encontramos una zona de descanso en la margen izquierda del camino y una bifurcación. Avanzaremos por el camino de la izquierda, que a partir de aquí dejará de estar hormigonado.


En este punto del trayecto comienza el tramo de más pendiente, donde encontraremos los mayores saltos de agua de la ruta, algunos de hasta diez metros de altura. Cuidado en esta zona, pues, aunque haya algunos pequeños tramos acondicionados, el suelo puede resultar resbaladizo.

A la altura del kilómetro 6,8, encontramos un amplio puente que nos da paso a la Cruz de los Ríos, que pone punto final al recorrido de ida de esta ruta. Unos metros más adelante hay un área recreativa bien acondicionada para poder descansar antes de emprender el camino de vuelta por donde vinimos.

Area recreativa de la Cruz de los Ríos

Extraña criatura paquidérmica surgida del bosque y de las aguas

GM Uniovi: aunque llueva, nieve o truene

Al final la lluvia no fue para tanto, y ni rastro de tormentas ni rayos. En buena compañía todos los días pueden ser soleados. Se acaba otra etapa más y siempre nos acordamos de las personas que se van. Pero también de las que vienen. Ha sido un placer. El curso próximo más y mejor. Ahora toca descansar y un poco de playa -si el tiempo lo permite-. ¡Hasta pronto amigos!

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