viernes, 31 de marzo de 2017

Covadonga - Orandi - Lago Enol (11 marzo 2017)

Otro sábado más nos abstenemos de dormir la mañana y con (bastantes) ganas saltamos de la cama para saborear la belleza del paisaje asturiano. El madrugón (casi) siempre merece la pena, y más aún si nuestro destino es la agrupación de esbeltas agujas calizas que llamamos Picos de Europa.

Ávidos de fotos y de turistear,
como unos foriatos intoxicaos
por fabes y hectolitros de sidra
nel Tierra Astur anoche tragaos,

dirixímonos a la quintaesencia
de los llugares asturianos sagraos:
Cangues d'Onís, Los Lagos, 
Cuadonga, y pal chigre escopetaos.

La excursión de hoy es muy interesante desde múltiples puntos de vista: montañero, histórico y religioso. Tras la parada obligada para desayunar el Cangas de Onís, el autobús, una vez coronada la carretera de Los Lagos, nos dejará en el Enol, para luego visitar el Ercina y atravesar las Minas de Buferrera. Posteriormente descenderemos por las vegas de Comeya y de Orandi hasta llegar a Covadonga. No está nada mal...


Comenzamos en los Lagos de Covadonga, de origen glaciar, y uno de los lugares más visitados de Asturias. En su entorno se creó el primer parque nacional de España: Parque nacional de la Montaña de Covadonga, hoy Parque nacional de Picos de Europa.

Lago Enol y Grupo de Montaña de la Universidad de Oviedo
Lago Ercina, al fondo las Peñas Santas

Ni los japoneses hacen tanta selfie y tanta foto, redios. ¡Vámonos ya! Menos mal que los lagos no están congelados, si no alguno necesitaría un salvavidas.

Continuamos a paso pesado hasta las minas de Buferrera: una explotación de metales que fue cerrada en 1932, hoy testigo del ya tristemente pasado minero de Asturias.

Minas de Buferrera

Más y más fotos, turistas somos y en instagram nos encontraremos.

Descendemos por el Escaleru hacia la preciosa Vega de Comeya, donde el calor nos empieza a fatigar al subir en busca de la carretera. No es que haga un día espléndido -el sol no nos acompaña- pero está bochornoso y húmedo.

En el Escaleru hacia Vega de Comeya. Cuántas lágrimas derramadas por ti

Paramos para comer, tras cruzar la carretera, compartiendo muchos dulces y café benaventano con leche condensada. Todo mientras contemplamos las cumbres del Macizo Occidental.

A la izda: Peña Santa (2596 m)

Otro día más sin siesta, qué rabia... nos movemos en la búsqueda del río las Mestas y la Vega de Orandi. El paisaje se vuelve primaveral, con las primeras flores y brotes del año, y hasta el cielo parece que quiere despejar.

Vega de Orandi
Cueva de las Mestas. El río desaparece hasta la cascada de Covadonga

Ahora ya sólo queda bajar serpenteando hasta el Santuario de Covadonga, rodeados de un magnífico bosque de hayas. El Santo Lugar, mito y cuna de Asturias (y España), cobijó a los rebeldes a la invasión musulmana. La leyenda de Pelayo, la Batalla de Covadonga (722) y la aparición de la Virgen, es de sobra conocida, y marca el nacimiento del Reino de Asturias.

Llegando a Covadonga, con la Basílica al fondo

La realidad depende del punto de vista, así que para los invasores estos fueron los hechos:

Se levantó en tierras de Galicia un asno salvaje llamado Belay (Pelayo). Desde entonces empezaron los cristianos en al-Ándalus a defender contra los musulmanes las tierras que aún quedaban en su poder, lo que no habían esperado lograr. Los islámicos, luchando contra los politeístas y forzándoles a emigrar, se habían apoderado de su país hasta que llegara Ariyula, de la tierra de los francos, y habían conquistado Pamplona en Galicia y no había quedado sino la roca donde se refugia el rey llamado Pelayo con trescientos hombres. Los soldados no cesaron de atacarle hasta que sus soldados murieron de hambre y no quedaron en su compañía sino treinta hombres y diez mujeres. Y no tenían que comer sino la miel que tomaban de la dejada por las abejas en las hendiduras de la roca. La situación de los musulmanes llegó a ser penosa, y al cabo los despreciaron diciendo "Treinta asnos salvajes, ¿qué daño pueden hacernos?"

Está claro que, aun siendo culturalmente más avanzados, en geografía norteña no andaban muy finos.

Cueva y cascada de Covadonga
Si bebes de los siete caños, te casarás este mismo año (o no)

Con tantas peñas santas, santuarios y apariciones marianas me está entrando un impulso místico muy grande... Vaya, creo que ya se me pasó. Aunque con la belleza vista en el día de hoy, me siento muy espirituoso y necesito irme al chigre pero ya. Y no soy el único. El final perfecto para una gran jornada.

La galería completa de fotos en flickr.

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