martes, 27 de junio de 2017

Foces del Pino (27 mayo 2017)

Qué sorpresa tuvimos en aquel sábado: no teníamos prevista excursión, pero finalmente se organizó sobre la marcha. Y mereció la pena.

Salimos desde Felechosa, donde también desayunamos, en dirección a la aldea de El Pino, donde arranca una pista que nos acerca hacia las Foces del río Pino.

Foces del río Pino

Después de cruzar el río, seguimos por la pista rodeados de erías y guapos bosques de robles, castaños, fresnos...

El día está bastante gris y amenaza tormenta. A mi no me importa mojarme o pasar frío, pero una tormenta eléctrica en la montaña me da mucho respeto. Por fortuna no habrá ni agua ni tormenta, y podemos completar la ruta sin tener que dar la vuelta a marchas forzadas.

Pequeñas cascadas del río

Siguiendo el camino nos topamos con una fuente en la que comienza un camino que está junto a los restos de una antigua central hidroeléctrica.
Y después, girando a la izquierda se cruza un puente de piedra donde comienza el salvaje, angosto y bello desfiladero, declarado monumento natural.

La pista se transforma en una escalinata tallada en la roca

Al final de las foces, el paraje se vuelve a abrir, llegando a una espectacular majada, donde giramos al Este para subir al collado Pandos (1472 m) tras una empinada cuesta. Comemos en el collado con espectaculares vistas, y con moscovitas, galletas, bizcocho caseros... Mmmmm.

Collado Pandos (1472 m), al fondo Pico Torres

Media vuelta por el mismo lado y a empezar la post-ruta en Felechosa. ¡Qué vida tan dura!

La galería completa de fotos en flickr.

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miércoles, 14 de junio de 2017

Montaña Palentina (10 junio 2017)

¿Es la vida un estado permanente de huida? Puede ser, por eso cada fin de semana nos sacudimos la rutina y escapamos a las montañas.
La contemplación de su belleza nos conecta con la naturaleza y con lo permanente, y nos recuerda lo efímero de nuestra existencia, al vernos minúsculos ante estos colosos que llevan ahí millones de años.


Estoy muy apegado a mi tierra, debe ser un estado atávico que sufrimos los asturianos, y nos ata a lo conocido, al hogar y a la tradición.
Aunque voy a hacer un esfuerzo y me uno al Grupo de Montaña Uniovi que finaliza la temporada con un fin de semana saliendo de sus dominios habituales: recabando en las montañas de Palencia, haciendo una breve parada en León.

Como una columna invasora, nuestra comitiva avanza por el puerto de Tarna destino a las montañas leonesas de Riaño, donde nos espera el Gilbo, un calor sofocante y nuestros colegas castellanos (que van a nuestro encuentro desde Palencia).
Previamente desayunamos en Tanes, faltaría más, aunque Bego nos lo puso complicado (jeje).

Sábado. El Gilbo (por Camilo)


El Gilbo o Peña de Horcadas, conocido por muchos como el Cervino de Riaño, es una peña caliza que se eleva sobre lo que hoy es el embalse de Riaño y hace años fue un valle de amplias camperas que tuve la fortuna de conocer.

El Gilbo 1674 m

El embalse se inauguró a principios del 86...de 1986. Algunos no habían nacido aún. Las aguas anegaron una serie de poblaciones, entre ellas Riaño, la principal de la comarca y que por aquel tiempo comenzaba a convertirse en centro turístico de veraneo.
Hoy nos alzaremos sobre las aguas para contemplar “¡qué guapo ye el embalse!” pero “¡Qué feo ye el Nuevo Riaño!”

Riaño y su embalse

Partimos desde Horcadas una de las poquísimas aldeas que se salvaron de ser devoradas por la colosal obra. Horcadas se encuentra a 1150 metros de altura. Tenemos por delante 524 metros de desnivel en poco más de tres kilómetros.

Horcadas

Salimos de Horcadas por una pista que nos conduce hasta los pastos que tapizan la ladera meridional del Pico. Desde este punto vemos la cima, la crestería y a la derecha la horcada hacia la que debemos dirigirnos. La senda se pone seria. Pica p´arriba bien y no dará apenas descansos.

El calor es sofocante

Una vez salvada la horcada comenzamos a rodear la cima por el lado norte para acceder a ella por un empinado, empinado sendero.

Es la hora del vermú
¡Cumbre! Al fondo, la montaña palentina

Para el descenso si hace falta posar el culo no se considerará una pérdida de dignidad.
Regresamos a Horcadas por el mismo trazado.

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Noche. Albergue de Sierra del Brezo


Toca rehidratarse tras perder tanto líquido en el Gilbo, así que unas cañas y tomamos rumbo a Velilla del Río Carrión, ubicación del albergue Sierra del Brezo, donde pasaremos la noche.

Albergue Sierra del Brezo, a los pies de Peña Mayor

Hacemos colas para ducharnos, y nos repartimos por las habitaciones evitando a los grandes cantaores del cante jondo nocturno. Enseguida, con el atardecer, damos paso a conversaciones y risas, mientras esperamos la cena programada a las 21 horas.

¿A qué hora es el desayuno? 
-A las 7 y media-
Bieeeeen, así me gusta.

Necesitamos más rehidratación: las patatas fritas estaban algo salás. Dos cajas de sidra deberían bastar, traídas con cariño desde casa. Algunas canciones, más conversaciones y risas, y pronto para la cama, hay que madrugar, nos espera un día largo...

Buenas noches, ilustres compañeros de habitación.
-Romromromrrrrrrrrrr-

Al amanecer desayunamos, aunque parece que no hubiéramos cenado (no dejamos ni las migas). Y con cierta parsimonia, salimos en dirección a Cardaño de Arriba, origen de la ruta. El día es espectacular, y el paisaje visto en el viaje impresiona: pinares, pantanos, montañas. Esperemos soportar el sol y el calor.

Domingo. Peña Prieta (por Camilo)


Salimos desde la población de Cardaño de Arriba que se halla a 1446 metros de altura. Nos quedan unos 1.100 metros de desnivel. Pecata minuta si no fuera porque, toi por aseguralo, los habrá que sufren de Saturday Night Feever. Pero como somos mayorinos nun voi dicir nada. Eso sí, voi descojoname un poco en la subida con les cares de arrepentimientu de algunos y algunes.

Tres Provincias (2498 m) y Peña Prieta (2539 m)

El arranque consiste en remontar el valle que desciende desde los Pozos de las Lomas. Seguimos el cauce del río del mismo nombre hasta la Lomba donde nos aguardan los primeros repechos. Es una ladera herbosa cubierta en parte por vegetación arbustiva.

Al fondo, las agujas de Cardaño

Vamos ganando altura y vistas tras casi tres kilómetros de pateo con 400 metros de desnivel. Nos acercamos a uno de los lugares más atractivos del día: Los Pozos de las Lomas que son una serie de lagunas engoladas a 2091 metros y con una panorámica del macizo de Fuentes Carrionas espectacular. Aquí habrá que facer una parada en boxes pa reponer líquidos (algunos estarán luchando por eliminar los de la noche anterior) y dar buena cuenta de algún hidrato de carbono, fruta, o glúcidos de absorción rápida.

La Montaña Palentina, la bella desconocida, tierra de grandes paisajes que esconde tesoros de fauna y flora endémicos de la Cordillera Cantábrica como este botón de nieve (Ranunculus parnassiifolius subsp. cabrerensis) que algun@s de vosotros pudimos ver en la ruta (por Guille)

A partir de aquí pisaremos suelo rocoso el resto de la subida. Una serie de zig zags que nos elevan sobre las lagunas. A la izquierda dejamos las agujas de Cardaño por las que también se puede subir. A mí préstame la variante que tomaremos nosotros porque tenemos vistas todo el tiempo y brisuca.....dan calor... Que lo sepáis... dan calor. Agua asgaya.....muncha.... que tenemos un paseo bueno.

Panorámica desde la Panda El Macho

Repuestos los depósitos tiramos p´arriba sin prisa. La subida es de 300 metros y es ladera sur así que nos quedan unos cuarenta minutos finos. Este lugar se llama la Panda El Macho.
En lo alto ya en el cordal se suaviza el ascenso y la senda marcada con hitos nos acerca a la primera cima. El Tres Provincias con 2.498 metros de altura.

Tres Provincias

Algo más allá vemos nuestro destino final que nos llevará unos veinte minutos alcanzarlo.
Peña Prieta. 2.539 metros. La cima más elevada de la Cordillera Cantábrica.

Peña Prieta
Cumbre de Peña Prieta. Declaramos estos dominios como territorio astur
Espigüete (2450 m)
Curavacas (2520 m)
Panorámica de los tres macizos de Picos de Europa y Peña Sagra

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Fin de temporada


Llegamos con retraso al aparcamiento de Cardaño, y nos queda una larga vuelta por el puerto de Tarna, donde al cruzarlo nos recibe la niebla y la humedad, ya me siento en casa. A medianoche en Oviedo. ¡Uff! Mañana hay que trabajar, qué digo: hoy hay que trabajar.

Odio las despedidas. Y aunque nos seguiremos encontrando, en la montaña y en el chigre, algunos de nuestros amigos se vuelven en breve a su hogar o a buscar otros horizontes.

Al menos nos queda este fin de semana y otros muchos recuerdos compartidos, y espero que se lleven un pedacín de nuestra Asturies en su corazón.

Gracias por hacerlo posible. ¡Hasta pronto!

La galería completa de fotos en flickr.