lunes, 21 de agosto de 2023

Peña Ubiña (10 junio 2023)

Y aunque todo apuntaba a que el Grupo se acabaría en algún momento de esta temporada, debido a la jubilación de Raúl y a mi marcha de la Universidad, poco a poco, día a día y paso a paso, fuimos enlazando ruta tras ruta, con alguna otra cumbre cuando el tiempo y la montaña nos lo permitían, y finalmente terminamos otro curso más, el 2022-23, más viejos, más sabios e igual de contentos de compartir historias, montañas y naturaleza con este magnífico grupo humano que hemos estado creando estos años atrás.

Para la última ruta del curso nos adentramos en posiblemente mi zona favorita de la cordillera: las Ubiñas. Es la quintaesencia de la alta montaña asturiana, lo tiene todo, la caliza vertical de Picos, los bosques de Redes, las brañas de Somiedo, les fabes de Tania en el Meicín. Nuestro patio de recreo para contemplar y disfrutar la montaña.

No por haberlo andado y desandado multitud de veces, la aproximación a la vega del Meicín es una de las estampas que más sobrecogen de la montaña asturiana. Este paisaje se queda en la retina para siempre.

El plan de este 10 de junio es ambicioso y disfrutón, pero tenemos las ausencias notables de Raúl y Maite (nunca nada es perfecto). Vamos a intentar subir Peña Ubiña, la esbelta reina y señora de estas cumbres, y luego haremos la comida final de temporada con una "merienda" en el refugio del Meicín. Somos la leche y nos lo merecemos. 

Peña Ubiña (2411 m) desde el Refugio del Meicín

Tras la obligada parada en la parrilla de Campomanes, salimos de Tuiza con paso ligero para alcanzar lo antes posible el refugio y continuar más arriba. La ruta es larga y además tenemos la merienda, así que hay que aplicar un ritmo machacón que no es apreciado debidamente por todos los miembros de nuestra comitiva.

Peña Cerreos o Cabello (2111 m)

Vamos perdiendo unidades y para colmo un viento frío y desapacible proveniente de León nos trae nubes que desaconsejan grandes aventuras hoy. Por lo que, y sin que sirva de precedente, nos dividimos, cosa rara en nosotros (sin Raúl esto es el caos), y un pequeño grupo con los más fuertes irán a la Peña y los demás subiremos el socorrido alto de Cerreos, conocida también como Peña Cabello por los lugareños y pastores.

Mientras subo hacia Cerreos, contemplo como las nubes se enroscan en la cumbre de Ubiña y no doy un duro porque nuestros compañeros lo logren. Pero el viento es caprichoso y según van subiendo, las nubes también, y así nosotros a nuestra manera, y ellos a la suya, llegamos sendos grupos a sendas cumbres y nos deleitamos con las espectaculares vistas.  

Nuestra tercera cumbre es el bar

No sé qué nos pasa al pisar la cumbre que la bocona se nos empieza a hacer agua pensando en la cerveza y en la merienda. Azuzados entonces por esta fame atroz, salvaje y primigenia, y ante el peligro de que alguien se enfade o le pegue un mordisco a algo o alguien, bajamos a todo trapo al refugio del Meicín. En tripadvisor no tienen ni idea, si supieran de verdad de lo que es manducar estaría como número uno indiscutible de nuestra tierrina astur.


Mientras nos preparan las mesas, las milnueve van, vienen, vuelan y desaparecen en un suspiro. Nos relajamos y nos dejamos llevar por la cerveza, el vino y la ligerísima merienda compuesta de fabada y huevos con patatas. Es un manjar de dioses y nosotros, simples mortales, nos lo apropiamos con todo descaro desafiando a las deidades del buen comer (y beber).

Todo pasa y todo queda, pero lo nuestro es volver al autobús y a la rutina. Otro curso más que se va en un suspiro y así es la vida. El Grupo se toma su descanso veraniego, y unos se van a la playa, otros a montañas lejanas, algunos tendrán que trabajar, y otros tantos vuelven a su tierra. Yo por mi parte comenzaré a subir la cumbre más bonita de mi vida, y echando la vista atrás hacia estas montañas, pienso en que tardaré en verlas de nuevo. Y con el anhelo de volver me vienen los versos de Gabriela Mistral...

En montañas me crié
con tres docenas alzadas.
Parece que nunca, nunca,
aunque me escuche la marcha,
las perdí, ni cuando es día
ni cuando es noche estrellada,
y aunque me vea en las fuentes
la cabellera nevada,
las dejé ni me dejaron
como a hija trascordada.

Y aunque me digan el mote
de ausente y de renegada,
me las tuve y me las tengo
todavía, todavía,
y me sigue su mirada.

Aunque el Grupo se separa por el momento, nos veremos en los bares y en octubre nos juntaremos de nuevo. ¡La aventura nos espera!


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