jueves, 31 de marzo de 2022

martes, 29 de marzo de 2022

El Fontún (12 marzo 2022)

Nos tocaba tomar rumbo al pueblo leonés de Fontún de la Tercia, al lado de Villamanín. Esta zona es conocida por nosotros pues ya habíamos intentado ascender al Brañacaballo en anteriores capítulos, con la mala o buena suerte de encontrarnos con una gruesa capa de nieve blanda que paradójicamente nos hizo sudar, en una lucha constante para evitar el hundimiento. Hoy confiábamos en encontrar menos nieve, después de una hora y cuarto de autobús y la respectiva parada para desayunar en Campomanes subimos el puerto pajares y después de pasar por nuestro anterior punto de partida, Arbás del Puerto llegamos a Fontún de la Tercia para subir, valga la redundancia al Fontún. 

Comenzamos a caminar por un sendero embarrado, barro duro y crujiente cual bombón crocanti “Mmmh, Ana saca las hojaldradas”. Nos tenemos que salir del sendero y atravesar una pradería custodiada por varios mastines que advierten de nuestra presencia con sus graves ladridos. Ya vemos nuestro objetivo, imponente, parece que tiene un poco de rock´n roll, cuánto nos gusta el rock´n roll…
De hecho encontramos similitudes con la Forcá de Proaza en la Sierra de Caranga. 

Seguimos ascendiendo, parece que el tiempo primaveral del que hablábamos en el bar mientras desayunábamos se torna invernal… Qué poco dura la alegría en casa del pobre. El tiempo está raro e inestable como el mundo estos días, guerra, pandemia, precios inestables, desabastecimiento, crispación… Lo único que nos queda es la montaña y menos mal.
Encontramos similitudes esta vez con el tramo de ascenso previo al ojo de buey en Peña Mea desde Pelúgano pues la morfología del terreno es muy similar. 

Seguimos ascendiendo atentos a donde pisamos pues hay zonas con hielo, vamos acercándonos al collado (1.760m) donde decidimos abandonar quedándonos a unos metros de la cumbre debido a la ventisca y al frío que nos golpeaba fuertemente.
La montaña es peligrosa y en esas condiciones jugársela para alcanzar la cumbre y no ver nada por culpa de la niebla era un error que no estábamos dispuestos a cometer. El objetivo de nuestros sábados no es coronar grandes cumbres sino disfrutar de una agradable ruta, de la naturaleza y de la compañía, eso es todo lo que necesitamos y con eso nos íbamos a ir como cada sábado. 

Comenzamos a descender hasta llegar a una zona ligeramente resguardada por rocas, algún árbol y protegida por una imponente pared a nuestra derecha, aquí empezaremos a comer mientras cae una aguanieve que con el paso de los minutos se torna a nieve. ¡Qué estampa! 


Genial como siempre en este grupo, tocaba volver sobre nuestros pasos y como complicarnos la vida nos gusta, nos desviamos un poco para atravesar una zona de barro que podría ser una ciénaga y una vez embarrados hasta las rodillas continuamos hasta el pueblo. Dicen que el barro tiene muchos beneficios y los spas ofrecen fangoterapia, mientras recuerdo aquella frase que solía repetir mi abuelo: “Ya no saben qué discurrir…” me pregunto si el barro será bueno para la piel de mis chirucas…
Nos cambiamos y vamos a Campomanes a por la cervecina, cuando todo parecía perfecto Javier nos recuerda que aún no pudo repartir el brownie… ¡Esto es maravilloso! 

Entre brownie, cerveza y frutos secos intentamos arreglar el mundo, algo que se nos escapa de las manos, así que ponemos rumbo a Oviedo. Cabe mencionar que hoy, aunque la homenajeada estaba ausente, estábamos de despedida pues una pequeña gran persona del grupo se nos iba a Perú a vivir una experiencia que tenemos claro que sabrá aprovechar como nadie. La despedida esta vez era de nuestra queridísima Silvia Morales, una persona cariñosa, servicial, agradecida y desinteresada, entre tantas otras cosas y que representa a la perfección los principios de esta pequeña gran familia. Suerte y a disfrutar de la experiencia moza, aquí te esperamos. 

No todo son despedidas, en la próxima ruta tendremos visitas ¡Qué ilusión!
Nos vemos en Somiedo.

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lunes, 21 de marzo de 2022

Pico Celleros (26 febrero 2022)

Otro sábado más. Esta vez nos dirigimos a Arbás del Puerto por el Puerto Pajares, nos preguntamos si habrá nieve y si podremos avanzar por ella. Lo cierto es que este invierno dista mucho de ser un invierno convencional. Clima primaveral y 2 pequeñas nevadas, algo que nos permite subir montañas de 1.800m en Febrero sin tener que usar material invernal. 

Empezamos a caminar en Arbás del Puerto donde se encuentra la Colegiata de Santa María de Arbás perteneciente al ayuntamiento de Villamanín. Colegiata en muy buen estado de conservación en la que podríamos apreciar canecillos que representan figuras humanas, animales e incluso florales, así como tallas geométricas. Una auténtica lástima que no tuviéramos tiempo a visitarla. Tocaba avanzar por un tramo del Camino de Santiago, concretamente el que va desde Arbás del Puerto a Busdongo y continúa en dirección Payares, Flor de los acebos, Lena, Mieres, Olloniego, etc. 


Avanzamos en ligero ascenso y a un ritmo ligero, paramos para reagruparnos y ya vamos vislumbrando la cumbre. Cubierta esta de un manto blanco, el último tramo lo realizamos por nieve, está perfecta para caminar. 


Foto en la cumbre con las banderas. Somos un grupo muy heterogéneo, cómo nos gusta eso.

Momento cumbre, toca abrigarse y mirar a nuestro alrededor. En dirección sur oeste vemos las 3 Marías con sus 1.900m de altitud que destacan a orillas del embalse de Casares de Arbás, en la lejanía nuestras amadas Peña Rueda y Peña Ubiña, en dirección norte nuestro viejo amigo el Cellón con sus 2.029m y al este yacía imponente el Fontún que será nuestro objetivo de la semana que viene.

Hace frío así que pronto nos toca bajar y el matorral nos llama, cresteamos por un tramo de brezos, paramos a contemplar la estación de esquí de pajares con varios remontes en funcionamiento pese a la escasez de nieve y nos planteamos si continuar hacia el Cueto Negro, pico que se halla justo encima de la estación invernal o si bajar por la otra ladera entre escobas y más brezos. Como la cabra tira al monte la duda fue resuelta con rapidez.
 

Bajaremos por la otra ladera, en dirección sur. Nos espera un descenso muy divertido con dosis de nieve, escoba, brezo, cotoya, barro y para terminar hemos de cruzar el regato de Viadangos para acabar enlazando con el sendero que lleva al pueblo de Viadangos de Arbás, antes del cual tendremos que desviarnos a la derecha. El sendero no está muy marcado y nos hará cruzar alambres de espino en varias ocasiones, además de obligarnos a cruzar una zona un tanto afectada por el fuego que aún conservaba un intenso aroma a barbacoa. (Algo que nos hace cantar, perdónanos Georgie Dann)

Después de atravesar otro tramo de esbeltas escobas con cuidado de no golpear al compañero posterior llegamos a un cruce en el que tenemos que tomar la decisión: Volver a Arbás del puerto en ascenso para alcanzar nuevamente el camino de San Salvador o continuar en suave descenso hasta Busdongo. Llevamos un día intenso por lo que decidimos bajar a Busdongo, allí nos espera el autobús, cruzamos Busdongo entre cánticos y bailes. Felices estamos de haber tenido una jornada de montaña tan completa y divertida. Pura maravilla, lo celebraremos en Campomanes con unas cañas.

¡Qué sería de la vida sin días como estos!


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lunes, 14 de marzo de 2022

Turbina (12 febrero 2022)

Hoy tocaba una ruta exigente, no por distancia sino porque nos tocaba sortear un desnivel de 1.000m en apenas 5 kilómetros. 


Comenzamos la ruta en el pueblo Cabraliego de Arangas al pie de la sierra del Cuera tras haber parado a desayunar en Arenas de Cabrales, vaya descanso tras el intenso tramo de curvas que precede al alto del Ortiguero. 


Salimos del autobús y nos preparamos, la eterna duda: ¿Polainas sí /polainas no?
Siempre tomaremos la decisión incorrecta, si hay barro no las llevaremos y si no hay barro las usaremos incluso con pantalón corto emulando a nuestro querido Asís, genio, figura y maestro imbatible del trivial. 


Polainas aparte, tenemos que ponernos en marcha pues el viaje en autobús fue largo y ya es hora de caminar. Ni un respiro nos da la sierra del Cuera que nos golpea con 400 metros de desnivel y por la solana, así para empezar, quitamos ropa y a seguir subiendo. Continuaremos por la pista de hormigón hasta llegar a una cabaña bien conservada de la majada las Vegas donde abandonaremos la pista para seguir la “canal” del Gobiu. Ascendemos en zigzag, una vez superada abandonamos la canal caminando hacia la derecha, sorteando cotoyas, brezos y alguna escoba que no nos impidieron avanzar. El invierno es muy buena época para venir al Cuera; magníficas vistas de nuestros Picos de Europa nevados y el matorral retraído y apocado por la frescura de las noches invernales. Ya estaremos acercándonos a la parte alta de la sierra del Cuera (1.060m). 

La sierra del Cuera, como bien sabemos, tiene forma de meseta por lo que el último tramo, una vez alcanzada su parte alta tendrá desniveles más livianos.
Llegaremos a la majada Rozagás (1.080m) de altitud y después de atravesar una zona de jous y torcas con los que nos deleita el paraje kárstico de la sierra del Cuera y dejar Peña Llacia a nuestra izquierda llegamos al collado previo al Turbina donde dejaremos las mochilas para acometer el ascenso final, tan solo nos quedan 100 metros para la cumbre, como nos gusta sortear la caliza. La sierra del Cuera nos ofrece un terreno muy exigente para el tren inferior, cada paso dispar. Una ayudita de los bastones y al fin arriba sacando un millón de fotos. 

"Esperad, falta gente
Ay, Ay, rapacinos que nos falta Raúl
¡Hay que hacer unas cuantas más!"


El Turbina es el punto más alto de la Sierra costera del Cuera con 1.317m de altitud, pertenece al concejo de Peñamellera alta. Mientras que el cordal del Cuera con sus más de 30km de longitud se reparte entre los concejos de Llanes, Peñamellera alta y Baja, Cabrales y Ribadedeva. Maravillosas vistas a Picos de Europa, mucha nieve en todas las cumbres menos en las paredes de infarto de nuestro emblemático Urriellu. Por otra parte, la costa oriental asturiana se escondía tras una masa de nubes que nos hacía pensar que teníamos que volver al Cuera. 


Asturies, que guapina yes…
Tocaba volver y menuda borrina…
Escampa neblina… 



Ni intentando invocar a Xuan de la Borrina conseguimos librarnos de la niebla que nos acompañó casi hasta Arangas. Avanzamos por la niebla un poco desviados del sendero por el que habíamos ascendido, concretamente por la otra falda del Pico Llacia, algo que nos permitió ver la braña Riaña que no habíamos visto antes, Braña preciosa, quién pudiera vivir en un sitio así, alejado de todo problema del mundo, allí donde no existen las prisas, ni nada que nos pudiera perturbar la calma. Nos tenemos que conformar con visitar lugares así cada 15 días y en la mejor de las compañías, que no está nada mal. De hecho, somos unos afortunados. Caminando sobre piedras calizas húmedas avanzamos pensando en la vida y llegamos a un lago, donde por fin enlazamos con el sendero. Toca seguir descendiendo lentamente y todos juntinos. Un poco más de bajada, unas cuantas conversaciones, unas risas y llegamos al maravilloso bar-tienda de Arangas donde nos tomaremos unas cervezas y seguiremos disfrutando de la compañía inmejorable de nuestros compañeros y amigos del grupo de montaña.
Qué vida tan dura… 


Hoy llegaremos tarde y algo cansados a Oviedo pero, como siempre
¡Ha merecido y merece la pena! ¡Qué suerte poder compartir momentos con vosotros!
15 días y volvemos a la carga…

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viernes, 11 de marzo de 2022

Vega Pociello / Tabayón Mongallu (29 enero 2022)

El autobús nos deja en el pueblo de Tarna, después de habernos liberado para desayunar, como es habitual cuando nos toca ruta por la zona, en Rioseco. Nos produce curiosidad la tradicional forma de cercar las fincas en la zona, tablas de madera perfectamente colocadas. Después de resistir estoicamente las curvas de la AS-17 llegamos a Tarna, situado a 990m de altitud, nos fijamos en la bandera de la República ya decolorada de tantos años a la intemperie. Bandera que tiene especial relevancia en Tarna pues este peculiar pueblo casín fue escenario de combates y destruido totalmente en 1.937 durante la Guerra Civil.

Demasiadas señalizaciones para nuestro guía
 
También nos fijamos en la cantidad de leña que invade las calles del pueblo, nos da una ligera idea de lo crudos que llegan a ser los inviernos en esta zona. Zona alta, umbría, pero de una belleza impresionante. Siempre nos maravilla Redes… Empezamos a caminar por la senda, encontrándonos con un argayo que tras un intento fallido tenemos que evitar enlazando con la carretera tras cruzar una ladera campo a través. Ya hemos hecho el calentamiento… Continuamos por la carretera hasta que podemos volver a incorporarnos al camino. 


La idea primigenia era llegar a Vega Pociello desde el pueblo de Tarna, dejando a nuestra izquierda el camino que lleva al monte Saperu y al Tabayón de Mongallu. Pero las marcas amarillas y blancas nos estaban llamando cual sirena. Marcas del PR AS-60 que lleva al tabayón de Mongallu. Pronto nos adentramos en el bosque Saperu, que se está ubicado en la falda de la sierra de Mongallo, donde el haya es protagonista. 


Siendo tabayón el término que designa cascada en asturiano y Mongallu, monte de gallo, refiriéndose al urogallo muy presente en el concejo de Caso, también es el nombre del arroyo cuya cascada nos maravilla. Vemos a su derecha el Cueto Negru. Las aguas se precipitan de más de 60 metros. No podemos acercarnos mucho a la cascada pues el hielo nos dificulta el camino, de hecho alguno de nuestros habituales prueba por sí mismo la peligrosidad del suelo helado cercano a la base del tabayón, en un intento por sacrificarse por el bien la manada. 

En cualquier momento podría aparecer una xana aquí
 
Mientras observamos la cascada nos preguntamos qué sería de los 6 compañeros y amigos que paradójicamente habíamos perdido mientras iban en la dirección correcta… Tocaba bajar mientras veíamos el majestuoso Tiatordos que aún tenía algo de nieve en la cumbre. Bajamos para buscar un lugar al sol donde poder comer y relajarnos. Elegimos una vega llamada la Campona. Precisamente comer y relajarnos se nos da fenomenal ¡Qué vida tan dura! Foto grupo, una siestita y seguimos, esta vez iremos hacia la derecha para dirigirnos nuevamente a Tarna pero evitando el argayu a la vera del Nalón del principio. 

Separaos, pero arrejuntaos gracias al photoshop. Menudo despiste del guía
 
Cruzamos un puente de madera precioso, por el bello lugar en el que está, por la madera, la estructura y disposición de la misma, los saltos de agua del arroyo, la hoja caída que adorna dicho enclave, la estampa gélida que nos proporciona el hielo aún presente en las zonas sombrías, por absolutamente todos los detalles de este lugar MARAVILLOSO. 


Esta vez regresamos por otra zona boscosa; el rebollar de los Llanos del Toro, donde pudimos observar, aunque sin hojas, numerosos robles centenarios. Volvimos con cuidado por la presencia de hielo y musgo. En alguno de los regatos que cruzaban el camino pudimos observar que se formaban carámbanos de hielo. Después de un último tramo sombrío llegamos nuevamente a Tarna para tomar unas cervecinas mientras nos poníamos en contacto con los demás. 

 
Con el día espléndido de sol que tuvimos el grupo VIP en Vega Pociello seguro que estuvo de lujo, habiendo caminado sobre 15 km y habiendo disfrutado nuevamente de la maravillosa Vega Pociello, a la que ya habíamos ido en 2020 y en 2016 aunque nunca con un día tan bueno. Una bonita majada a los pies de la sierra de Pries en el concejo de Caso. 

Atardece en el embalse de Rioseco, sobre las aguas del Nalón
 
La ruta transcurre cercana al margen del río Nalón, el más largo de nuestra Asturias querida. Caminaremos cerca de su nacimiento en la fuente de la Nalona y por ello recordamos la canción de Nuberu que dice:

Dende que sales del Tarna,
nun puedes quitar les penes,
con tantu esfuerzu baldíu,
nun sabes si vas si vienes.

Corres azotau y llocu,
llibre sin frenu ni amarra,
de tanto llavar carbón,
empuercáronte la cara.

Nalón, Nalón carboneru,
Nalón mira como baxes;
mientres ayer dabes vida,
agora de negru mates.


La próxima nos vamos a la sierra del Cuera, qué ganas locas de volver a disfrutar del monte y de la buena compañía. ¡Pronto rapacinos!



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jueves, 3 de marzo de 2022